miércoles, 15 de diciembre de 2010

Una presencia angelical

La vi y me cautive
Su presencia angelical
Me hizo olvidar
Todo mi malestar

Sus labios rojos
Me excitaron
De tal manera
Que nunca la podre olvidar

Al sentarse en ese bendito asiento
Extrajo una colonia de su morral
Y el aroma inundo su cuello
Su hermoso cuello

Su camisa dejaba ver
Una parte de sus bellos senos
Los cuales están grabados
A fuego en mi mente

Sus amplios lentes
No me permitieron observar sus ojos
Pero no me cabe duda
De que son hermosos

La verdad es que no la veré nunca más
Esto me entristece y me…
Pero lo que no olvidare
Es su presencia angelical

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