Hay situaciones que me llaman la atención. Como por ejemplo el
poco tiempo con el que viven muchas personas. Lo que los lleva a andar apurados
todo el día, con un nivel de stress impresionante y con la agresividad a flor
de piel. Esto se transforma en un círculo
vicioso que nos contamina día a día. Cuando aflora la agresividad de algunos
podemos observar el nulo respeto que tenemos por los demás y lo podemos ver
cuando nos atropellamos a diario por subir al metro o la micro, cuando tratamos
de manera poco gentil al vendedor de completos del carrito o al cajero de la
farmacia. En muchas de estas actitudes somos discriminadores. Todos. Me
incluyo. Quizás yo sea el más discriminador de todos. ¿Las razones? Pueden ser muchas. Las razones
dan lo mismo. Lo realmente importante es que comencemos a ser un poco más
amables, gentiles y respetuosos con los demás. Así tendremos una sociedad más
tranquila y todo funcionara mejor.
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