viernes, 8 de abril de 2011

Con nada más

Dirigirme al instituto es algo a lo que destino varias horas al día. Son muchas las páginas que leo durante el trayecto. Son muchas las personas las cuales observo. Son muchas las ideas que surgen en mi cabeza. En ocasiones me cuesta plasmarlas por escrito, debido a que son muchas las cosas que pienso en esas tres horas. Ordenarlas y darle un sentido coherente algo que genera trabajo.  El enfrentarme a una hoja en blanco es algo que me provoca una… Es enfrentarse a la nada y en esa nada tratar de explicar algo y entregar un mensaje. Y a su vez que el lector comprenda el mensaje que yo quiero dar.
                Estaba en este trayecto cuando conocí a una mujer muy hermosa. Su forma de hablar me señalo que no es chilena. Nació en Buenos Aires, Argentina. Sus ojos son hermosos. Al pasar los minutos la conversación se hizo amena, fluida y dinámica. Ella es perfecta. Inteligente y hermosa. Alegre y comprensiva. En fin… Espero que de aquí surja algo especial. Todo lo que nace de ella es bueno y especial. La belleza hecha  mujer. Cualquier hombre querría tener una relación con ella. Bueno, solo hay que mirarla para quedar encantado, enamorado y enloquecido. Ella produce sensaciones endemoniadas en mi interior. Solo cuando se producen y se experimentan es posible comprenderlas y expresarlas. La verdad es que no se si  podemos expresar estos sentimientos y sensaciones. Solo hay que sentirlas y no hay más. Lo único que deseo es volver a verla y observar su belleza. Solo con eso soy feliz. Con nada más.

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