Durante los últimos años hemos
presenciado un constante cuestionamiento al sistema educacional chileno. Decenas
de marchas, paros y tomas a recintos educacional chileno son una tónica constante.
Pero, ¿Existe un debate real, sincero y productivo que permita mejorar nuestra educación?
¿A qué conclusiones hemos llegado como sociedad? En muchas ocasiones creo que
no. No soy un experto en educación, pero en el futuro seré parte del engranaje
de la educación como entrenador del futuro y en estas líneas me gustaría aportar
un par de elementos al respecto. En la sociedad chilena existe una idealización
de la vida universitaria y muchos lo ven como la única opción de desarrollarse
profesionalmente. Es evidente que la educación debe ser el medio de movilidad
social por excelencia, pero hemos dejado de lado la educación técnica y
profesional. Además, el desarrollo de una carrera deportiva, artística o
desarrollar un emprendimientos innovadores son opciones más que válidas para
optar en esta vida. Nosotros como
sociedad debemos generar las condiciones necesarias para que todos podamos
optar a desarrollarnos y formarnos de la mejor manera posible y en el ámbito dentro
del cual podamos conseguir nuestro potencial máximo. El desarrollo de nuestro país
depende en gran medida del éxito de proyectos en áreas como la innovación social,
las ciencias, la pedagogía y el arte. Por ahí esta el camino…
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