Hace algún tiempo tuve un profesor de Matemática que tenía apellido de animal. La verdad es que era algo con lo que siempre bromeaba. Bueno, el profe Cordero nos hizo reír con más de algo. Su forma de enseñar la encontraba notable. Genera que contenidos complejos y tediosos nos resultaran comprensibles. Nunca nos regalo una nota. A lo largo de sus clases me di cuenta que los otros profesores que había tenido no tenían ningún brillo. A los profesores de la asignatura me refiero. Más que nunca comprendí que la motivación es clave para lograr un objetivo. Un día hablamos alrededor de media hora de las tonteras que dice Salfate… Muchos pensaron que perdimos media hora de clases. En esa media hora no llegamos a ninguna conclusión. Pero nuestra disposición a los contenidos fue diferente. En esas clases comprendí que la Pedagogía es una vocación y no algo a lo que se dedican los que tuvieron mal puntaje en la PSU. Con buenos profesores podemos cambiar la realidad de este país…
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