Una mujer come una manzana mientras lee un texto en uno de los computadores de la Universidad. Mastica velozmente la fruta que condeno a Adán. Su escote no deja indiferente a nadie. En un par de minutos devora su manzana y su pelo le comienza a preocupar más de la cuenta. Al parecer termino de comprender el texto y se larga del lugar donde pasa largas jornadas de estudio. Camina velozmente y se dirige a la cafetería inaugurada recientemente en la Universidad. Nadie queda indiferente al verla entrar. Sus pantalones y su escote generan que los hombres se acaloren más de la cuenta. Es impresionante la belleza de esta mujer. No existen halagos suficientes para describir lo que todos pueden observar. Un regalo de Dios. Y hay que cuidarlo.
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