Contemplaba los autos pasar. Me encontraba sentado en una plaza santiaguina. Acababa de adquirir un libro en la calle Manuel Montt y me aprestaba a leerlo. Transitaba mucha gente por la calle. Muchos oficinistas, mucha gente apurada y con el stress propio de una urbe como Santiago. Dentro de todo el movimiento capitalino vi pasar a un par de mujeres de la mano. Me dio la impresión de que tenían una relación muy cercana. No sé si eran unas amigas muy cercanas o si había algo más entre ellas. Ambas chicas eran muy bellas. Pero su belleza era especial… exótica. Pensé durante un rato en ellas. Reflexiones sobre su vida, su historia y su pasado. Tomo algunos apuntes al respecto en mi cuaderno. Guardo el cuaderno y la antología en mi bolso. Comienzo a caminar y enciendo un cigarrillo. De esta manera me transformo en uno más de toda esta marea humana que transita por Santiago. Simplemente uno más.
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