Hace
varios días he pensado sobre la frustración. No necesariamente por que me
sienta frustrado, sino que me interesa intentar comprenderla como fenómeno y
sus alcances. Estaba en eso cuando fui a la salvación de muchos estudiantes y gente
con diversos intereses: Google. Dentro de las muchas cosas que encontré hay un
texto de Jennifer Delgado Suaréz. En aquel texto señala que “la frustración
aparece cuando no conseguimos realizar nuestros proyectos, sueños, metas,
deseos… o simplemente cuando no logramos llevar a buen término una actividad.”
Pero, “sin embargo, el problema no es la emoción en sí sino lo que hacemos con
ella. Si no aprendemos a manejar la frustración esta se apodera de nuestras
vidas y las convierten en un verdadero infierno de desesperanza, amargura,
resentimiento y todas las otras emociones negativas que quieras añadir.”
El
texto señalado me ilumino de manera enorme. Cuenta con párrafos notables, pese
a ser un documento corto. Muchas de sus líneas me hicieron reflexionar:
“¿Cómo salir de este círculo vicioso? ¿Cómo superar la
frustración?
La respuesta está en la aceptación. Básicamente, una persona
frustrada es una persona que tiene muchas cuentas pendientes con su pasado y
que tiene poco conocimiento de sí mismo, o que se conoce pero no se acepta.
La aceptación a la que me refiero es algo muy profundo, no
es una aceptación a nivel lógico y racional sino a nivel emocional. Por
ejemplo, de seguro sabes qué pasaría si no consigues terminar lo que te
propones, conoces todas las posibilidades pero no las aceptas. Porque una cosa
es conocer y otra muy diferente aceptar a nivel emocional.”
Lo importante son las consecuencias de
nuestras emociones y las conclusiones que podemos generar a partir de ellas. Es
natural frustrarse cuando no se logra un
objetivo, habiendo desarrollado diversos esfuerzos para conseguirlo. Lo
importante es que este y otros sentimientos nos permitan reflexionar, sacar conclusiones
y avanzar para conseguir nuevos objetivos. “Por otra parte, también es
importante que aprendamos a aceptar nuestras limitaciones. Porque es importante
esforzarse por lograr un objetivo pero llega un punto en que también es
necesario abandonar o, si se prefiere, replantearnos nuestras metas adoptando
una perspectiva más realista.”
Todos
somos diferentes y todos no estamos capacitados para desarrollar las mismas
labores. Es fundamental comprender aquello, en caso contrario, gastaremos
tiempo, energías, nos frustraremos de manera inútil y entraremos en un círculo
vicioso. Como dice la autora del texto:” La clave está en la aceptación emocional”
“Para terminar, nada mejor que recordar una
frase del famoso psicólogo que dedicó parte de su vida a estudiar las emociones
humanas, William James: “Aceptar lo que ha sucedido es el primer paso para
superar las consecuencias de cualquier desgracia””
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