Aproximación
a la dispraxia
“Existen
muchos términos en la literatura para describir los problemas de coordinación
entre los escolares, estas variaciones terminológicas que se presentan en los
distintos países se debe a las diferentes áreas de conocimiento que están
implicadas en su estudio (educativa, psicológica, médica, terapéutica, etc.).
Algunos de los términos más empleados son: dificultades de aprendizaje motor,
torpeza motriz, dispraxia evolutiva, dificultad perceptivo-motriz, disfunción
de integración sensorial, disfunción cerebral mínima, desórdenes evolutivos de
la función motriz, problemas evolutivos de coordinación motriz, síndrome del
niño torpe.” (Ruiz, Mota, & Jiménez, 2005)
Existe gran cantidad de información con
respecto a los problemas motrices y de muy diversa índole. Durante estas líneas
abordaremos la dispraxia, cuyo concepto fue
acuñado por más de un siglo, y nos da las claves para saber en qué
consiste esta enfermedad. El prefijo "dis-" señala dificultad o
anomalía y la palabra de origen griego "praxis" significa práctica.
Es decir, la dispraxia haría referencia a la dificultad para realizar con
coordinación ciertas tareas, desde llevar a cabo movimientos elementales hasta
tener dificultades en el habla.
A la dispraxia también se le denomina
"el síndrome del niño torpe" porque puede llevar a los padres de
estos niños a pensar que se trata de una torpeza normal que se irá con la edad.
Sin embargo, para mejorar la situación del enfermo, su dificultad o lentitud
para llevar a cabo acciones motrices, debe de ser tratado por especialistas. En
las páginas posteriores abordaremos diferentes aspectos de la enfermedad, los
cuales aportaran a la reflexión y comprensión de esta.
La torpeza motora
“El niño
torpe es aquel que sufre gran número de caídas, tropieza con todo, deja caer
las cosas, es incapaz de jugar con los demás, tiene dificultades para dibujar,
copiar, para abotonarse la chaqueta o atarse los cordones de los zapatos.” (Pérez, 2004)
Todos
los niños y todas las personas poseemos distintas habilidades, las cuales
fueron más o menos desarrolladas. Todos no podemos ser bueno para todo, es algo
evidente. Esto también lo podemos observar en las habilidades motoras de los
niños. En todo grupo de niños existen algunos más hábiles que otros, pero en
algunos casos que se destacan por su escaza habilidad física y motora. En
muchos casos la torpeza motora es evidente en actividades cotidianas como
abrocharse los cordones o una chaqueta. Los niños torpes motrizmente deben ser
evaluados integralmente para recibir un tratamiento médico correcto, aplicar
las técnicas pedagógicas adecuadas y que los pacientes/alumnos mejoren sus
habilidades físicas y sus motrices. Una de las claves para desarrollar las
habilidades motrices de los niños, independientemente si padecen un trastorno
como la dispraxia o no, es la estimulación. Mientras mayor sea la estimulación
que reciba el niño, mejores serán sus habilidades motrices. Esta estimulación
debe estar enfocada a los problemas motrices que posee el niño, o si no podrá
mejorar sus deficiencias.
¿Qué es la dispraxia?
“...en palabras de
Arheim y Sinclair (1979) "Son niños que tienen dificultades de aprendizaje
motriz y muestran un comportamiento motor ineficiente y asíncrono cuando llevan
a cabo tareas de movimiento que de manera normal se esperaría que cumpliesen
bajo circunstancias razonables." (Ruiz, Mota, & Jiménez, 2005)
Es una patología psicomotriz donde los
niños que la padecen muestran torpeza y lentitud para ejecutar movimientos
coordinados. No implica deficiencia intelectual aunque es habitual que se
acompañe de trastornos de aprendizaje, del leguaje, motores y del desarrollo
sensorial y emocional. Las personas que padecen esta patología no pueden
desarrollar trabajos simples como abrocharse una camisa, atarse los zapatos,
también saben lo que quieren hacer, pero no pueden controlar los músculos para
producir o secuenciar sonidos.
Se puede reconocer al individuo
dispráxico si se observa que tiene problemas de coordinación, dificultades con
su equilibrio, una gran torpeza o una baja capacidad de concentración y
expresión escrita. En muchas ocasiones, estos síntomas llevan consigo, además
de la propia frustración que siente el niño, la discriminación de sus
compañeros de colegio.
Se estima que un 6% de los niños de
entre 5 y 11 años sufren un mayor o menor grado de dispraxia
Falta de coordinación y lentitud al
ejecutar movimientos motores y problemas con el lenguaje, la percepción y el
pensamiento. Estos son a grandes rasgos algunos síntomas que manifiestan los
afectados de dispraxia que, en definitiva es la dificultad para realizar
movimientos organizados cuando el sistema motor está preservado. Según las
señales y las fases en que la patología se encuentre.
“Causas
y factores de la dispraxia
A
pesar de que la causa principal se desconoce, algunos especialistas apuntan que
en edades tempranas la dispraxia podría deberse a lesiones cerebrales por
inmadurez en el desarrollo de las neuronas o por anoxia (falta de oxígeno)
durante el parto. En adultos, puede ser un trastorno secundario a enfermedades,
como ictus, o por lesiones debidas a traumatismo craneoencefálico, entre otros.
Entre los factores de
riesgo que se asocian a la dispraxia están:
•Prematuridad (antes
de las 37 semanas).
•Consumo de
sustancias tóxicas durante el embarazo (tabaquismo, drogas o alcohol).
•Antecedentes
familiares de dispraxia.
De la misma manera
que los niños, los adultos afectados por este trastorno tienen dificultades
para realizar las tareas habituales, como pueden ser el arreglo personal, las
labores domésticas y la conducción de vehículos. Además, se les hace difícil
mantenerse en un lugar de trabajo. Son torpes de movimientos u tienen problemas
de dicción y para modular el tono y el volumen de la voz. La mayoría, además de
movimientos torpes, también muestran dificultades para escribir.
Clasificaciones
de Dispraxia
La
dipraxia se clasifica, según unos síntomas muy específicos que manifiestan los
afectados, en:
1.- Ideomotora: Cuando hay dificultad en la
realización de una sencilla tarea motora , de un solo paso, como peinarse o
ponerse los zapatos
2.- Ideatoria: Implica un problema hacer
tareas que comprenden varios pasos. Como cepillarse los dientes, ponerse la
ropa por orden o atarse los cordones de los zapatos, entre otras.
3.- Oromotora o del habla: Existe
dificultad para coordinar los movimientos musculares que son necesarios para
pronunciar palabras y silabas.
4.- Constructiva: Cuando la dispraxia
afecta a la capacidad de comprender la relaciones de espacio y se hace muy
complicado mover los objetos de un lugar a otro.” (Arboix, 2013)
La
clasificación anteriormente propuesta la consideramos de gran utilidad debido a
que acota de gran manera todas las variables que podemos encontrar en la
dispraxia. La principal cualidad que debe tener una clasificación para
enfermedades como la dispraxia es que debe ser simple, fácil de diferenciar una
de la otra y útil para los profesionales afines a la enfermedad. Si
identificamos correctamente los problemas motrices de los niños, sabremos cómo
debemos estimularlos para mejorar sus deficiencias. Desde mi perspectiva, esta
clasificación cumple todas estas características.
Evaluación de la dispraxia
“Las evaluaciones
para la dispraxia general requieren un historial de desarrollo, detallando
edades a las que los hitos de desarrollo importantes, como gatear y caminar, se
produjeron. Detección habilidades motoras incluye actividades diseñadas para
indicar la dispraxia, incluido el equilibrio, la secuencia física, sensibilidad
al tacto, y las variaciones en las actividades de senderismo. Una evaluación
del motor de referencia se establece el punto de partida para los programas de
intervención del desarrollo. Al comparar a los niños a las tasas normales del
desarrollo puede ayudar a establecer las zonas de mayor dificultad.” (Centro de Artigos)
Para poder
diagnosticar de manera correcta la dispraxia o algún trastorno del desarrollo de
un niño es necesario conocer el historial completo del niño para conocer y
comprender como se ha desarrollado motoramente durante su vida. La observación
es clave para para detectar y evaluar la dispraxia. A partir de los datos
obtenidos a través de la observación y el historial médico los especialistas
pueden clasificar los trastornos y determinar los pasos a seguir. Según los
planteamientos de David Gallahue “el ser humano progresa motrizmente de lo
simple a lo complejo y de lo general a lo específico y cada sujeto debe superar
una fase para poder optar a conductas motrices más complejas”
Dispraxia del desarrollo
“Es una disfunción cerebral que
dificulta la organización de las sensaciones táctiles y en ocasiones también de
las sensaciones vestibulares y propioceptivas e interfiere con la habilidad
para la planeación motora. Las palabras del desarrollo indican que el problema
empieza tempranamente en la vida del niño y que afecta su desarrollo a medida
que éste crece.
No podemos ver la integración
sensorial insuficiente, pero si podemos ver la coordinación motora
insuficiente. Por tanto la dispraxia
parece ser un problema motor, así como otros tipos de desórdenes de
integración sensorial parecen ser problemas del aprendizaje académico. No
podemos ver el problema en sí, únicamente podemos ver sus manifestaciones
físicas. Al tratar de ayudar a estos niños, es importante recordar que el
problema está dentro del niño, en la manera en que su cerebro procesa las
sensaciones” (Ricciardi, 2010)
Debemos tener claro que muchos problemas motores y de
lenguaje esconden problemas biológicos, los cuales deben ser evaluados por un
equipo multidisciplinario. Un problema motor no necesariamente es causado por
motivos biológicos, pero es una posibilidad latente. Un ejemplo de esto es la
dispraxia del desarrollo, en donde las disfunciones cerebrales interfieren en
las habilidades motoras del niño.
Dispraxia y lenguaje
“DESARROLLO DE LA COMUNICACIÓN Y DEL
LENGUAJE.
En niños/as con
deficiencia motora existen muchas probabilidades de que tengan trastornos en el
desarrollo del habla.
A nivel fonológico
nos encontramos con dificultades para pronunciar consonantes. También pueden
tener retraso por deficiencia auditiva.
En general, el
desarrollo fonológico es más lento que el desarrollo normal, aunque se sigan
las mismas fases de desarrollo. Van a
producir más tarde los fonemas y tendrán más dificultad en hacerlo debido a las
dificultades motrices que poseen. A
nivel semántico el lenguaje del niño/a con deficiencia motora será más pobre y
recortado porque pueden tener menos interacciones verbales por las dificultades
de encontrar interlocutores. A nivel
morfosintáctico los enunciados son más cortos ya que los simplifican para
adaptarlos a sus posibilidades motoras lo que puede llevar a que utilicen un
léxico más restringido.” (Cuello, Enero, 2011)
El desarrollo de
lenguaje es vital para nuestra comunicación con los demás. En los niños con
dificultades motoras como la dispraxia poseen un lenguaje más simple, su
vocabulario es más restringido y lo desarrollan más lento. Además hay
dificultades de pronunciación de algunas silabas o consonantes. Para solucionar
los problemas del lenguaje del niño es necesario que se evaluado por un fonoaudiólogo
para que lo diagnostique de manera correcta.
¿Cómo abordar la dispraxia?
“Para quienes consideran que los problemas evolutivos de
coordinación motriz se deben a un retraso en el desarrollo motor de los niños,
esta problemática es considerada como temporal y pasajera, de este modo se
tiene la creencia de que los niños superarán su torpeza con el paso del tiempo.
Sin embargo recientes investigaciones han mostrado que estas dificultades de
coordinación motriz persisten a lo largo del tiempo” (Ruiz, Mota, &
Jiménez, 2005)
En
muchos casos los problemas motrices como la dispraxia son tomados a la ligera y
los niños no reciben un tratamiento profesional para resolver este problema. Si
el niño no recibe el tratamiento adecuado para su problema, este no mejorara.
Es importante tener en cuenta el historial clínico del paciente y su progreso
motriz desde su nacimiento para poder desarrollar los pasos a seguir. Si no
conocemos su evolución es complicado que los especialistas evalúen
correctamente. Para esto es clave que los padres sean minuciosos en la
observación del desarrollo de los niños.
¿Cuál es el tratamiento de la dispraxia
y su pronóstico?
“El abordaje del
problema suele ser multidisciplinar. Así, los trastornos motores serán tratados
por fisioterapeutas, los logopedas se encargarán de los trastornos del habla y
los neuropsicólogos de las apraxias ideatorias. Sin embargo, una de las claves
más importantes dentro del tratamiento de la dispraxia es que los padres
aprendan diversas técnicas para ponerlas en práctica en casa.
Estas son algunas
pautas y consejos para el tratamiento del síndrome del niño torpe:
Si la dispraxia
afecta a la coordinación: realizar ejercicios como tocar un instrumento, subir y bajar escaleras, hacer manualidades…
Si la dispraxia
afecta al habla: se pueden hacer técnicas de entrenamiento logopédico, tales
como movimientos linguales hacia arriba y abajo, movimientos mandibulares o de
mejillas…
Si hay afectación en
el área emocional se trabajará en terapias que ayuden a resolver situaciones
estresantes y habilidades sociales
Es importante que los
padres refuercen la autoestima de los niños, lo cual ayudará a que valoren sus
capacidades y sepan exprimirlas al máximo.” (Rubio)
Hay 2
claves para el progreso motriz de los niños: el compromiso de los padres y la
dedicación para realizar los ejercicios correspondientes. Los ejercicios van a
variar según la edad, la condición motriz y de acuerdo a cual habilidad motriz
sea la más deficiente del niño. Sin esfuerzo, no hay progreso.
Comentarios finales
De acuerdo a lo expuesto
anteriormente podemos observar que la dispraxia es una patología de buen
pronóstico. De la cual dispraxia existe mucha información, pero un poco
dispersa. Lo relevante es observar a los niños durante todo su desarrollo y
consultar a especialistas en caso de que exista algún problema motriz o de otro
tipo. La evolución de los niños que padecen el síndrome del niño torpe o
dispraxia depende de la constancia de los ejercicios, la cual debe ser la
adecuada para que su recuperación se exitosa.
Bibliografía
1.- Apuntes cátedra “Desarrollo motor”
2.-http://www.webconsultas.com/bebes-y-ninos/afecciones-tipicas-infantiles/diagnostico-y-tratamiento-de-la-dispraxia-13002
4.- Luis M. Ruiz, Esmeralda Mata, Fernando Jiménez.
“Percepción visual u problemas evolutivos de coordinación motriz en la edad
escolar”, Facultad de Ciencias del Deporte Universidad de Castilla La Mancha
5.- DR. Luis Ruiz Pérez, “Desarrollo motor y actividades
físicas”, Gymos Editorial, España
6.- Elisabeth Rodríguez Cuello, “La deficiencia motora:
características, necesidades educativas especiales (N.E.E.) e intervención del
maestro7a de audición y lenguaje con los
alumno/as que la padecen”,
7.- integrandosensaciones.blogspot.com/